Wiki MONK
Advertisement
El Sr. Monk y el duodécimo hombre
Duodécimo
Información
Número de episodio: 2.09 (22)
Título original: Mr. Monk and the 12th Man
Guionista: Michael Angeli
Director: Michael Zinberg
Duración: 44 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 22/08/2003
Episodio anterior: El Sr. Monk contra el playboy
Episodio siguiente: El Sr. Monk y el repartidor de periódicos

El Sr. Monk y el duodécimo hombre es el noveno episodio de la segunda temporada de Monk.

Argumento[]

Tommy Zimm y Frank Pulaski conversan mientras trabajan, en sus cabinas de peaje. Un coche se acerca a la cabina del segundo y el conductor le pregunta si su nombre es Frank Pulaski. Cuando este le responde afirmativamente, el conductor le esposa las muñecas, desenrolla una larga cuerda por la ventanilla, y aprieta el acelerador. Antes de que Zimm pueda cortar la cuerda, Pulaski cae al suelo y es arrastrado hacia su muerte.

Entretanto, Adrian Monk discute con Ling (la dueña de su tintorería) mientras Sharona admira, emocionada, las fotos de un periódico en las que aparece ella misma con su nuevo novio, Kenny Shale (el candidato favorito a las próximas elecciones a la alcaldía). Para inmenso alivio de Ling, Stottlemeyer les llama para que tomen parte en la investigación.

Disgustado, el capitán les informa de que el asesinato de Pulaski es uno más, de una desagradable serie de homicidios que han sucedido en la ciudad en las últimas semanas. Las víctimas no tienen nada en común: edades diferentes, razas diferentes, profesiones diferentes... Los métodos utilizados también son muy variados: un par de balazos (de armas diferentes), un ahogamiento, un atropello con fuga, y una electrocución. Lo único que tienen en común es la ausencia de evidencias en las escenas del crimen.

Monk interroga a un afectado Zimm, quien es incapaz de identificar el coche ni al conductor. Sin embargo, Monk deduce, por sus palabras, que el asesino esperó hasta que la cabina del fallecido estuviera libre (lo que significa que eligió a su víctima).

Mientras tanto, todos los policías (incluyendo Stottlemeyer), comienzan a halagar continuamente a Sharona, comprendiendo que podría ser la futura primera dama. Monk confiesa al doctor Kroger que se siente celoso a la par que esperanzado por conseguir algo del patrocinio de Kenny.

Algo más tarde, en un cine de la otra punta de la ciudad, una joven llamada Arlene Carney toma asiento para ver una película de terror. Minutos después, un hombre se sienta detrás de ella y le pregunta si su nombre es Arlene Carney. Cuando esta responde afirmativamente, él la estrangula hasta la muerte.

Al igual que con el homicidio de Pulaski, los testigos no son capaces de identificar al asesino. No obstante, Monk examina el billete con el que este pagó la entrada, y descubre que su número es consecutivo al que usó el asesino de Pulaski para pagar el peaje. Los temores de Stottlemeyer se confirman: un asesino en serie anda suelto por San Francisco.

Toda la ciudad se estremece de miedo, y el departamento tiene un único objetivo: atrapar al homicida. En la comisaría, Monk revisa las fotos de todas las víctimas y descubre una conexión entre tres de ellas: tenían el mismo calendario. Como Stottlemeyer lo considera un detalle sin importancia, Sharona y Monk deciden ocuparse de ello personalmente. La pista les lleva a la casa de un hombre llamado Henry Smalls, a la que llegan compañados por Kenny Shale (debido a que Sharona no quiere cancelar su cita con él). Pero en vano: cuando Smalls llega a su casa, un asesino encapuchado se le acerca y le mata a puñaladas. Monk forcejea con el asesino y cae al suelo. El criminal escapa, pero el detective le arranca un trozo de la manga de su camisa.

Monk vuelve a la comisaría para repasar los hechos otra vez: las víctimas son once personas completamente diferentes con vidas separadas y nada en común. Monk se da cuenta de que requeriría un gran esfuerzo encontrar o crear un grupo de personas tan distintas deliberadamente. Solo hay un lugar donde podría encontrarse un grupo tan diverso: en un jurado popular.

Esa es la conexión: las once víctimas sirvieron al mismo jurado seis años atrás. Fue una demanda por daños personales. Un "manitas" llamado Ian Agnew se cayó de un tejado y aterrizó de cabeza sobre un tubo de metal que sobresalía del suelo (la tubería no fue retirada totalmente de su cabeza, así que técnicamente es una "chimenea humana"). Demandó a los dueños de la casa, Stewart y Lisa Babcock, por negligencia. El jurado falló a favor de Agnew. El seguro lo cubrió todo y le pagaron 750.000 dólares. Todo muy normal, excepto que un asesino está ahora matando a los miembros del jurado uno por uno. Según el expediente, no ocurrió nada inusual durante el juicio: el jurado deliberó durante día y medio, visitó el lugar del accidente y fue aislado en un motel local durante una noche. Al día siguiente, dió su veredicto.

A la policía no le lleva mucho tiempo localizar al duodécimo miembro del jurado, el que aún vive: Wallace Cassidy. Es un adicto al juego, y el registro de su casa revela un dedo humano en su congelador. La policía está tan segura de que él es el asesino, como lo está Kenny Shale. Pero Monk no está convencido: a ninguna de las otras víctimas le faltaba ningún dedo. Además, no hay ningún móvil concebible para los asesinatos (ni siquiera para un loco).

Pidiendo un poco más de tiempo, Monk y Sharona se entrevistan con Ian Agnew (quien nunca llegó a recuperarse completamente de la caída, ni del hecho de llevar un trozo de tubería en la cabeza). Tampoco llegó a conocer nunca a ninguno de los miembros del jurado. El detective no tarda en comprobar que Agnew ha quedado psicológicamente alterado por el accidente (es paranoico y habla con personas imaginarias).

A continuación, van a hablar con Stewart y Lisa Babcock sobre el incidente. Lisa asegura que conoció a su marido después del juicio, pero Monk rápidamente demuestra que miente: en la casa hay una foto de la pareja fumando en un restaurante, donde se prohibió fumar en 1995. Están escondiendo algo.

No queriendo esperar más, Kenny se toma la libertad de dar una rueda de prensa y anunciar que Cassidy ha sido detenido como el presunto asesino. Lo hace a pesar de las peticiones de Sharona, a la cual despacha con una sonrisa condescendiente. La enfermera enfurece.

A pesar de que Disher afirma que la manga del asesino es imposible de rastrear, Monk la observa detenidamente y se da cuenta de algo. Y, de ese modo, resuelve el caso.

Monk, Sharona y Stottlemeyer se reúnen con Stewart y Lisa Babcock en su casa, justo cuando estos están preparándose para irse al aeropuerto. Adrian explica que van a salir del país para siempre, porque han escuchado que Wallace Cassidy ha sido arrestado. Sabían que iba a confesar; pero no de asesinato, sino de chantaje. Estaba chantajeando a Stewart Babcock, porque sabía que este había matado a su primera mujer.

Después de que Ian Agnew se cayera del tejado y demandara a los Babcock por negligencia, el jurado visitó la escena del accidente. Mientras lo hacían, Wallace Cassidy se separó del grupo con la intención de robar algo (ya que tenía muchas deudas debido a su adicción al juego). Pero no robó nada, porque encontró algo mucho más valioso. Dentro de un contenedor, encontró el cadáver de la primera esposa de Babcock, envuelto en plásticos. No quiso marcharse sin tomarle una foto y sin cortarle un dedo.

Cassidy comenzó a enviar notas a Stewart, pidiéndole dinero. Como lo único que Babcock sabía era que el chantajista era parte del jurado, al principio decidió pagar. Pero Cassidy no se detuvo ahí. Siguió pidiendo más y más dinero a Stewart y, pasados seis años, este decidió matarle. El problema era que no sabía de cuál de los doce miembros del jurado se trataba. La única forma de eliminar al chantajista era matar a los doce miembros, uno por uno.

Stewart está seguro de que no hay ninguna prueba contra él. Pero Monk le muestra el trozo de la manga de la camisa que le arrancó cuando mató a Smalls. Cuando Stewart pregunta si puede demostrar que ese sea un pedazo de su camisa, el detective dice saber de alguien que sí es capaz de hacerlo. Cuando vio las puntadas de la manga, Monk pensó que podría tener algo en común con el asesino: ambos compartían tintorería. En ese momento llega Disher, acompañado de Ling. Ella también identifica enseguida sus propias puntadas: el pedazo de manga pertenece, definitivamente, a la camisa de Babcock.

Unos días después, Monk está discutiendo con Ling a la puerta de su tienda. Ella se niega a volver a servirle. Sharona pide a su jefe que se olvide de todo y regresa a su coche, solo para ver que le han puesto una multa. Y, para colmo, la enfermera no puede hacer uso de su caché para que se la quiten, porque su relación con Kenny Shale ha terminado.

Personajes y reparto[]

Enlaces de interés[]

Otros idiomas[]

Advertisement