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El Sr. Monk vuelve a casa
Vuelve
Información
Número de episodio: 4.02 (47)
Título original: Mr. Monk Goes Home Again
Guionista: Tom Scharpling
Director: Randy Zisk
Duración: 43 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 15/07/2005
Episodio anterior: El Sr. Monk y el otro detective
Episodio siguiente: El Sr. Monk se queda en cama

El Sr. Monk vuelve a casa es el segundo episodio de la cuarta temporada de Monk.

Argumento[]

Es Halloween. En el Beach Market, un dependiente recibe un pedido por teléfono y entrega unos cuantos productos a un chico de los recados. Mientras tanto, el conductor de un furgón blindado paga su comida y conversa brevemente con la cajera. Luego se marcha. Un hombre, Paul Gilstrap, se fija en el conductor. Llevando una pequeña bolsa de la compra, le sigue fuera de la tienda. Antes de que el guardia llegue a su furgón blindado, Gilstrap le pide fuego para su cigarrillo. De pronto, resuenan unos disparos en el aparcamiento, y la cajera se acerca a la ventana. A través de ella ve a Gilstrap, disparando al conductor con una pistola. El asesino se las arregla para limpiar las huellas del arma, antes de soltarla y salir corriendo del lugar.

Monk y Natalie son llamados a la escena del crimen. Monk nota varias pistas extrañas: para empezar, al conductor le han disparado con su propia pistola. Pero, ¿por qué no hay heridas defensivas, que sugieran que se resistió antes de morir? Además, la policía no sabe cuánto dinero se han llevado del furgón, sólo que está vacío. Mientras conversan, Stottlemeyer ahuyenta una paloma que está picoteando entre los restos de la chocolatina (de la marca Neptuno), que se le cayó al guardia. Junto al cadáver, Monk encuentra una colilla de un cigarrillo de clavo (lo usan las personas que quieren dejar de fumar, pero no funciona). El detective deduce que perteneció al asesino.

En ese momento, Natalie recibe una llamada de teléfono de Ambrose, quien tiene un mensaje para Monk: su padre vuelve a casa.

A regañadientes, Julie acepta ir de truco o trato por el barrio de Ambrose. Adrian y Natalie se presentan en la casa, y Ambrose queda inmediatamente prendado de ella. Juntos, preparan la casa para la llegada del Monk mayor (aunque Ambrose insiste en no entrar en el despacho del padre). Durante la limpieza, Ambrose se ausenta más de una vez para dar chocolatinas a los niños que están haciendo truco o trato. En una de esas ocasiones, se encuentra con Paul Gilstrap, que va vestido como un monstruo de Frankenstein. "Frankenstein" no dice nada, pero gruñe. Intenta arrebatar a Ambrose el bol de los dulces, y le golpea cuando se resiste. Adrian y Natalie llegan corriendo. Gilstrap huye.

No muy interesados, Stottlemeyer y Disher responden a la llamada de la casa de Ambrose. Sin embargo, nadie puede demostrar que el incidente sea nada más que una broma de Halloween. No obstante, Ambrose insiste: recuerda que el atacante llevaba unos zapatos muy caros. Cuando se marchan, Randy alcanza una chocolatina del bol de Ambrose; pero este se la quita, alegando que calcula exactamente los dulces que va a necesitar. Un año atrás, no calculó bien y le sobró una chocolatina después de Halloween. Perplejo, Randy suelta el dulce. Stottlemeyer promete comprarle una chocolatina, y se marchan a interrogar a la cajera sobre el tiroteo. También explican que el conductor estaba fuera de servicio cuando le dispararon; por eso el furgón estaba vacío.

Después de la visita, Ambrose lleva a Adrian al desván, donde le pregunta si él y Natalie están juntos (o si ella está saliendo con alguien). Sorprendido, Adrian comprende que su hermano está enamorado de su ayudante.

En la comisaría, Stottlemeyer y Disher escuchan el testimonio de la cajera, quien ha sido entrevistada por un dibujante profesional. Disher apunta que el boceto se parece mucho a Kiefer Sutherland, y sugiere que deberían escribir "no es Kiefer Sutherland" en el folio, para no molestar al actor. La cajera explica que el asesino (Gilstrap) compró ocho chocolatinas, y también menciona que nunca llegó a mirar dentro del furgón.

Mientras preparan la mesa para la cena, llega otro grupo de niños para hacer truco o trato. Uno de ellos reconoce a Julie de la escuela. Natalie accede a dejarle ir con ellos, siempre que vuelva a tiempo para conocer al padre de los Monk.

Cuando el grupo de niños llega a un parque, son atacados por Gilstrap, todavía en su disfraz de Frankenstein. Espanta a los pequeños y les roba las bolsas de dulces.

Adrian llega al parque para investigar. Interroga a los niños, y se da cuenta de que sólo han robado los dulces a los que han visitado la casa de Ambrose. También encuentra un cigarrillo de clavo igual al que encontró en la escena del crimen.

Adrian insiste en que debe de haber alguna conexión, aunque no esté seguro de cuál. Ambrose compró sus chocolatinas en el Beach Market, donde dispararon al guardia.

Julie pide a Adrian que la acompañe a hacer truco o trato, y este accede. Visitan unas cuantas casas más, incluida la de Paul y Mary Gilstrap. Cuando Adrian rechaza una chocolatina, Mary les confiesa que a ella le encanta el chocolate: si no se come una chocolatina Neptuno antes de acostarse, no puede dormir. Adrian recuerda que tienen que volver a tiempo para la cena, pero encuentra una paloma muerta en el jardín de los Gilstrap.

Vuelve a llamar a Stottlemeyer y a Disher, alegando que es la misma paloma que vieron junto al cadáver (la reconoce por las manchas). Y ahora está muerta. El detective insiste en que le hagan una autopsia.

Mientras esperan en la casa, Ambrose se confiesa a Natalie tímidamente. Ella explica que no pueden mantener una relación sentimental, ya que es la asistente de su hermano. Intentando hacerle sentir mejor, Natalie le dice que "tal vez" lo reconsidere en el futuro.

Adrian y Julie regresan, y se sientan para esperar la llegada del Monk mayor. Ante la tardanza, Adrian y Ambrose discuten. El detective dice a su hermano que acepte la verdad de una vez: su padre nunca volverá. Abatido, Ambrose se sienta en el suelo y se come el único dulce que queda en el bol.

En ese momento, llama Stottlemeyer. Explica que la paloma en cuestión ha sido envenenada. Viendo esto, han hecho la autopsia al guardia y han descubierto que también fue envenenado. En realidad, ya estaba muerto cuando le dispararon. Stottlemeyer informa de que el conductor ingirió una sustancia química llamada "tetraclorodrina": es un veneno mortal, más fuerte que el arsénico. Disher y Stottlemeyer se encuentran en el laboratorio que lo produce, y el capitán menciona que el gerente ha informado de un robo reciente de tetraclorodrina. No lo descubrieron hasta que pillaron al tipo devolviéndola a su lugar. El tipo se llama Paul Gilstrap, uno de sus técnicos de ordenadores. Él lo niega todo, y no hay pruebas, así que lo han soltado.

Inmediatamente, Adrian resuelve el caso. Advierte a su hermano que no se coma la chocolatina, ya que ha sido envenenada. Encuentra un envoltorio vacío de una chocolatina Neptuno, y Ambrose explica que tenía un sabor raro. Adrian pide a Natalie que llame a una ambulancia, pero Ambrose dice que no tiene sentido: la tetraclorodrina no tiene antídoto, así que estará muerto en cinco minutos.

Ambrose es llevado al hospital, junto con Adrian, Natalie y Julie. Ambrose dice que no quiere morir sin saber qué ha ocurrido, y Adrian lo explica: Paul Gilstrap quería matar a su mujer. Él trabajaba en un laboratorio que producía tetraclorodrina. Robó un poco del veneno, y usó una jeringa para inyectarlo en las chocolatinas Neptuno que Mary se comía cada noche. Pero no podía envenenar sólo una, ya que la gente hubiera sospechado de él.

Para camuflar el móvil de su muerte, envenenó varias chocolatinas, fue a la tienda, y las puso en circulación. El plan era que su mujer pareciera la víctima de un asesino en serie, una víctima entre tantas. Pero todo se estropeó cuando un científico pilló a Gilstrap devolviendo el veneno al laboratorio. El plan quedó arruinado: si alguien moría por envenenamiento de tetraclorodrina, sabía que él sería el primer sospechoso. Tenía que borrar el rastro de su plan.

Gilstrap entró en pánico y volvió a la tienda, queriendo retirar todas las chocolatinas de la circulación. Las recuperó todas excepto dos: una acababa de comprarla el conductor de un furgón blindado, y ya le había dado un mordisco. Gilstrap estaba en serios problemas: si el conductor caía muerto, la policía le haría una autopsia y encontraría el veneno. Gilstrap actuó improvisadamente. Siguió al guardia hasta su furgón y le abordó justo cuando la tetraclorodrina entró en acción. El guardia cayó al suelo, muerto; Gilstrap le quitó la pistola rápidamente y le disparó repetidas veces. Nadie pensaría que un hombre al que habían disparado cinco veces pudiera haber sido envenenado.

La otra chocolatina fue a la casa de Ambrose, y Gilstrap ha estado intentando recuperarla desde entonces.

La ambulancia aún está a veinte manzanas del hospital, y no parece que Ambrose vaya a sobrevivir. Dice que siente haber ahuyentado a su padre, pero Adrian asegura que no es culpa suya. Entonces, el detective se da cuenta de que todavía queda una chocolatina Neptuno (el médico de la ambulancia la ha recogido). Adrian examina el envoltorio de la que se ha comido Ambrose, y descubre que caducó once meses atrás. Esto significa que es la que sobró el año anterior, y la otra (la que aún está sin abrir) es la envenenada. Todos estallan en carcajadas de alivio. Lo peor que Ambrose tendrá será dolor de estómago.

Gilstrap vuelve a su casa, llevando su máscara de Frankenstein en la mano. Stottlemeyer y Disher le están esperando. El capitán enseña una bolsa de pruebas: dentro está la chocolatina envenenada de Ambrose.

Ambrose vuelve a su casa después de haber salido del hospital. Natalie promete cenar con él el siguiente viernes. Cuando llegan a la puerta delantera, se asombran al encontrar una nota de su padre, diciendo que no había nadie en casa cuando llegó. También dice que está orgulloso de Ambrose por haber salido de casa finalmente.

Personajes y reparto[]

Enlaces de interés[]

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