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El Sr. Monk es el padrino
Padrino
Información
Número de episodio: 8.13 (122)
Título original: Mr. Monk Is the Best Man
Guionista: Joe Toplyn
Josh Siegal
Dylan Morgan
Director: Michael Zinberg
Duración: 43 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 13/11/2009
Episodio anterior: El Sr. Monk va de acampada
Episodio siguiente: El Sr. Monk y la placa

El Sr. Monk es el padrino es el decimotercer episodio de la octava temporada de Monk.

Argumento[]

Monk y Natalie visitan la comisaría para recoger su cheque de pagommmmmmm, cuando T. K. llega elegantemente vestida para una cena especial: va a celebrar su aniversario de seis meses con Stottlemeyer. Viendo que el capitán está paseándose por su despacho y murmurando en voz baja, Monk rápidamente deduce (en voz alta) que está planeando pedirle la mano a T. K.

Todo el mundo se muestra contento, pero intentan ocultarlo cuando Stottlemeyer sale del despacho. El capitán se da cuenta de lo ocurrido, y decide declararse allí mismo. Antes de que se arrodille, T. K. le interrumpe y declara que quiere escuchar todo el discurso cuando estén a solas. Cuando Stottlemeyer le pregunta si eso equivale a un "sí", ella sonríe y dice que tendrá que esperar. Sin embargo, le da un beso que es tan bueno como un "sí".

Unos meses después, Stottlemeyer vive en las nubes (sabiendo que se casará en nueve días). Disher y él acuden a la escena de su siguiente caso, un parque en el que han encontrado un cadáver calcinado. El teniente opina que el hombre podría haber sido un vagabundo al que unos matones decidieron disparar y quemar para divertirse. Sin embargo, Stottlemeyer encuentra algunos signos de que fue un acto más premeditado.

Todavía de buen humor, Stottlemeyer llama a Monk a la comisaría y le pide que sea el padrino de su boda. El detective queda abrumado, pero promete que cumplirá perfectamente con su deber. Stottlemeyer señala que su misión más importante consiste en no perder el anillo de compromiso. Monk promete que no lo perderá; y cierra el puño, decidido a no abrirlo en los próximos nueve días.

T. K. llega a la comisaría para pedirle a Stottlemeyer un favor: su vieja amiga y dama de honor, Stephanie Briggs, ha sido arrestada por exceso de velocidad. Como es su tercera infracción, ha tenido que pasar la noche en el calabozo y le han confiscado el coche. Stottlemeyer se muestra cauteloso, pero promete que hará lo que pueda.

Poco tiempo después, Stephanie es puesta en libertad y Stottlemeyer aprovecha la ocasión para recuperar su chaqué (Stephanie lo había recogido para él antes de ser detenida).

Esa tarde, Stottlemeyer y T. K. vuelven a su casa para pasar la noche juntos, pero descubren que alguien ha invadido y desvalijado el lugar. La pareja termina pasando la noche en el apartamento de T. K., pero Stottlemeyer confiesa a Monk que su prometida ha quedado perturbada por el incidente.

En el laboratorio criminalista, Monk se ocupa organizando el arreglo floral mientras Stottlemeyer revisa los zapatos de la víctima. El detective sigue sosteniendo el anillo en su puño. Le pide a Disher que acuda a la despedida de soltero (a las seis de la tarde) y luego descubre pistas que indican que el muerto era alto y patizambo. También encuentra una espina limpiamente cortada y un trozo de poliestireno. Monk examina la maceta con el arreglo floral, y comprende que el poliestireno indica que el asesino era un florista.

Stottlemeyer explica que, por culpa del allanamiento, T. K. está reconsiderando la boda. También le ha prohibido entrar en su casa con la pistola.

En un parque, T. K. recibe una misteriosa llamada en su teléfono móvil: una voz alterada por ordenador le explica que entró en la casa de Stottlemeyer y que volverá a hacerlo cuando ellos estén dentro. Asustada, la escritora le pregunta a Stottlemeyer si tendrá que enfrentarse a cosas así todo el tiempo, y este le promete que no. Ella confiesa que pensaba que podría ser la esposa de un policía, pero está empezando a dudarlo.

En la despedida de soltero, en el apartamento de Monk, todos fingen estar pasándoselo bien. Esto no es sencillo, ya que Monk ha organizado la fiesta; y por consiguiente ha colocado un baño portátil dentro del cuarto de baño, y ha pedido unas pizzas sin nada (ni siquiera queso) y tan pocas latas de cerveza que se ven obligados a nombrar a Disher el "borracho designado".

Finalmente, Monk intenta contar un chiste acerca de las anteriores relaciones fallidas de Stottlemeyer, pero la cosa no va demasiado bien. Así pues, el detective anuncia que ha alquilado una película: Despedida de soltero. Nadie parece especialmente contento con dicha elección. A mitad de la película, un borracho Disher pregunta de quién es el Ford Crown Victoria de color carbón y llamas en el parabrisas. Todos salen corriendo a la calle, y descubren que alguien ha incendiado el coche de Stottlemeyer.

Al día siguiente, Stottlemeyer y Disher revisan los expedientes; y el capitán explica que a T. K. le entró el miedo y han tenido que pasar la noche en una habitación de hotel. No hay ningún testigo para el incendio del coche, y tampoco pruebas utilizables. Stottlemeyer se pregunta por qué su acosador está jugando al gato y al ratón. Disher sugiere que podría haber sido el hermano de un hombre al que arrestó, pero descubren que está muerto.

Un agente les entrega el informe del cadáver del parque, anunciándoles que un florista (Charlie Doyle) ha estado desaparecido desde antes del asesinato. Stottlemeyer pide a Disher que lo compruebe, mientras él intenta desesperadamente salvar su matrimonio.

Monk, Natalie y Disher visitan la floristería donde trabajaba el hombre desaparecido. La dueña, Alegría, confirma que Charlie ha estado desaparecido desde el mismo día en que se encontró el cadáver calcinado. Cuando le piden que les muestre los registros, Alegría explica que pagaba a sus empleados con dinero negro y los contrataba sin pedirles ninguna identificación.

Mientras conversan, ella comparte su creencia de que todo el mundo tiene una flor que encaja con su personalidad. Elige una para Natalie y otra para Disher; y, tras unos instantes de dificultad, encuentra la flor perfecta para Monk: una de plástico. Disher le pide a Alegría una fotografía de Charlie, pero esta explica que a él no le gustaba que le sacaran fotos.

En el ensayo de la boda, T. K. presenta a Stottlemeyer a su familia y amigos. Entre bromas, el capitán recuerda que siempre quiso casarse en la playa (en una ceremonia íntima). T. K. sonríe y explica que está complaciendo el sueño de sus padres. Durante los preparativos de la boda, Disher informa a Monk de que el FBI ha identificado al muerto como Martin Kettering, un conocido criminal y fugitivo durante los últimos doce años. Era miembro de un grupo de terroristas ecologistas conocidos como "los Vengadores de la Tierra", responsables del bombardeo de unos apartamentos en Denver (Colorado). Los otros tres miembros del grupo aún siguen libres.

Cuando Stottlemeyer y T. K. finalmente suben al altar, estalla una bomba junto al puesto de refrescos. Nadie resulta herido, pero T. K. sale aterrorizada de la iglesia. Stottlemeyer le pide que regrese, pero en vano.

En su apartamento, Stephanie y Natalie consuelan a T. K., que ha decidido anular la boda. Siente que, sencillamente, no puede afrontar el riesgo de ser la esposa de un policía. Admite que Stottlemeyer se ha ofrecido a dejar su trabajo, pero ella se lo ha impedido. Sabe perfectamente que su novio nació para ser policía, y quedaría resentido para el resto de su vida si tuviera que renunciar a su placa.

Stephanie opina que T. K. ha tomado la decisión correcta, pero Natalie no está de acuerdo: ella misma perdió a su marido Mitch en 1998, pero (incluso sabiéndolo) jamás hubiera renunciado a los ocho años que estuvieron casados. Todo conlleva su riesgo, pero merece la pena cuando amas a alguien.

En la comisaría, Monk intenta consolar a un abatido Stottlemeyer, que ha jurado encontrar al acosador que ha arruinado su vida. El detective se niega a rendirse y a soltar el anillo de compromiso. Se muestra seguro de que el capitán no perderá a su novia: se pertenecen el uno al otro, ella es "su respuesta". Stottlemeyer se da cuenta de que Monk tiene razón, y le pregunta dónde ha escuchado esas palabras. Monk explica que se las dijo su esposa Trudy.

Stephanie llega para ofrecer a Stottlemeyer unas palabras de consuelo, y para cancelar todos los arreglos que había hecho para la boda (esto incluye volver a llevarse el portatrajes con el chaqué del capitán).

En cuanto Stephanie se marcha, Monk hace encajar algunos detalles interesantes que recuerda: los arreglos florales de Stottlemeyer son de la misma tienda en la que trabajó Martin Kettering. También recuerda que T. K. dijo que hacía doce años que conocía a Stephanie, pero que esta nunca había mencionado nada de su vida anterior. Y Stephanie fue detenida la misma noche en la que Kittering fue asesinado, a menos de un kilómetro del parque en el que se encontró el cadáver.

Monk y Stottlemeyer siguen a Stephanie para preguntarle por su vida antes de conocer a T. K. Ella finge estar confusa, pero enseguida saca una pistola del portatrajes y apunta con ella a Monk. Tras ordenar al capitán que tire su arma en una papelera cercana, le entrega el portatrajes y empuja a los dos hombres hacia su coche (a punta de pistola).

Monk explica lo sucedido: Stephanie es uno de los tres "Vengadores de la Tierra" que aún siguen en libertad. Después de escapar al FBI, doce años atrás, se cambió el nombre e inició una nueva vida. Su secreto permaneció seguro hasta que se encontró con Martin Kettering en la floristería. Como él tenía un trabajo de mala muerte, decidió chantajearla. No funcionó, y Stephanie no quería ser descubierta, así que atrajo a Kettering hasta el parque. Después de pagarle, le disparó, vertió licor sobre su cadáver, y lo quemó para que fuese irreconocible.

Cuando estaba alejándose de la escena del crimen, la detuvieron por exceso de velocidad. Stephanie no tenía tiempo de esconder su pistola, que estaba a plena vista. Antes de que el policía se acercara al coche, ella decidió ocultar el arma en el portatrajes. Por desgracia, la arrestaron y el coche fue confiscado, y Stottlemeyer se llevó el chaqué a su despacho. Después de ser puesta en libertad, Stephanie estaba desesperada. Si Stottlemeyer abría el portatrajes encontraría la pistola, y ella tenría que explicar cómo había llegado allí. Desvalijó la casa del capitán, incendió su coche y realizó la llamada amenazadora para conseguir que T. K. anulara la boda y Stottlemeyer nunca abriera el portatrajes.

Justo cuando llegan al coche, T. K. aparece y le dice a Stottlemeyer que le quiere y que no le preocupa asumir los riesgos. Entonces, Stephanie le muestra la pistola y le ordena que no se mueva. Stottlemeyer le pide que no se preocupe: la pistola no está cargada. Por toda respuesta, Stephanie aprieta el gatillo y dispara hacia el aire. Sonriente, Stottlemeyer extrae el cargador del portatrajes e informa a su acosadora de que ha disparado la única bala que le quedaba en la recámara. Desarmada, Stephanie es rápidamente puesta bajo custodia.

Finalmente, Stottlemeyer y T. K. celebran una sencilla boda en la playa. Monk es el padrino, y Natalie es la dama de honor. Los prometidos intercambian sus anillos (tras haberlos extraído de los agarrotados dedos de Monk). Antes de que el cura les declare marido y mujer, T. K. saca la placa de Stottlemeyer de su cartera y la coloca en el bolsillo de su chaqué, orgullosa. Los dos se besan apasionadamente, y luego lideran el desfile por la playa mientras Disher los acompaña con la suave música de su guitarra.

Personajes y reparto[]

Enlaces de interés[]

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