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El sr. Monk va al hospital
Hospital
Información
Número de episodio: 5.16 (77)
Título original: Mr. Monk goes to the hospital
Guionista: Jonathan Collier
Director: Wendey Stanzler
Duración: 41 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 02/03/2007
Episodio anterior: El sr. Monk y el hombre requetemuerto
Episodio siguiente: El sr. Monk y su mayor fan

El sr. Monk va al hospital es el decimosexto episodio de la quinta temporada de Monk.

Argumento

Es de noche en el hospital St. Mark's, y todo está en silencio. Las enfermeras están en sus puestos, y los pacientes duermen. Entonces, un anciano recorre el pasillo hacia un ascensor, y se dirige a la oficina del doctor Graydon Whitcomb. Con una increíble ráfaga de fuerza y velocidad, el anciano levanta su tanque de oxígeno y golpea a Whitcomb en la cabeza. Insiste, queriendo asegurarse de que el médico está muerto. Después, vuelve al pasillo y regresa a su habitación tan silenciosamente como antes.

Al día siguiente, Monk y Natalie llegan al hospital después de que el detective se haya golpeado la nariz con una tabla de planchar. Natalie tiene que marcharse para acudir a una cita, y deja solo a su jefe. Este tiene que esperar mucho tiempo para que le atiendan, y comienza a preocuparse cuando otra paciente le sugiere que podría tratarse de una hemorragia cerebral. Finalmente, la doctora intenta cauterizar la herida, pero no funciona. Desesperado, Monk decide ir a ver al jefe de neurotrauma, al mismo tiempo que intenta mantener la cabeza erguida para cortar el sangrado. Cuando llega a la oficina, el detective tropieza con una mesa de centro, y a continuación con el cadáver del propio Whitcomb.

Stottlemeyer llega enseguida a la escena del crimen, y el teniente Disher también se golpea la pierna contra la mesa de centro. Monk descubre que en la oficina faltan ciertos medicamentos, pero deduce que lo han escenificado para que parezca que un drogadicto ha matado al doctor. Encuentran polvos de talco y una etiqueta de un tanque de oxígeno, perteneciente al área de geriatría. Esto les conduce hasta Hank Johansen, un anciano que está en cama.

El tanque de oxígeno de Hank es el que se usó para asesinar a Whitcomb, pero él no puede ser el asesino: apenas puede moverse de la cama, y mucho menos matar a alguien con un tanque. Además, la enfermera confirma que fue monitorizado durante toda la noche.

Monk se dispone a interrogar al médico personal de Johansen, el doctor Davis Scott. El día anterior, Scott ingresó por voluntad propia en el hospital, sufriendo de una dolencia del corazón. Ahora, acaba de recibir un diagnóstico positivo después de haber pasado la noche conectado a un monitor cardíaco. Sin embargo, Monk nota algo extraño en Scott: tiene polvos de talco en sus manos, y un moretón en la pantorrilla (similar al que él mismo se hizo con la mesa de centro de Whitcomb). El detective comienza a sospechar que, de algún modo, Scott mató a Whitcomb.

El teniente Disher hace algunas averiguaciones, y descubre que Scott tenía un móvil: el doctor Whitcomb iba a testificar contra él en un juicio por negligencia médica. El único problema es que Scott ha pasado la noche conectado al monitor cardíaco, y no hay ningún corte en su cardiograma. Aparentemente, no hay ninguna posibilidad de que él sea el asesino.

Stottlemeyer se siente frustrado, y decide enviar a Monk a casa para que descanse. Antes de marcharse, este nota una mancha de humedad en el techo de la antigua habitación del doctor Scott. Siguiendo la mancha, el detective entra en un armario, atraviesa una pared secreta, y llega directamente a la habitación de Johansen. A pesar de pertenecer a áreas médicas distintas, ambas habitaciones son adyacentes. Sabiendo esto, Monk resuelve el caso.

Con Hank Johansen escuchándole, el detective explica lo ocurrido: la noche anterior, el doctor Scott atravesó el armario llevando encima su monitor cardíaco. Una vez en la habitación de Johansen, se lo quitó y lo conectó al anciano mientras este dormía. De este modo, el monitor mantuvo unas lecturas constantes. Después, el doctor alcanzó el tanque de oxígeno de Hank y se deslizó por el pasillo disfrazado de anciano, con la intención de cruzar el hospital sin atraer ninguna atención. El doctor Scott mató al doctor Whitcomb; luego, regresó silenciosamente a la habitación de Johansen, donde volvió a conectarse a su monitor.

Monk comprende que puede comparar las dos lecturas cardíacas, y comprobar dónde coinciden. Hank felicita al detective por su teoría... pero, en cuanto se marcha, llama a Scott y le informa de que Monk está chiflado. Mientras el detective revisa los registros del hospital, Scott se acerca a él por detrás y le golpea con una muleta de metal. Monk cae al suelo, inconsciente.

Mientras tanto, en un restaurante, Natalie acude a su cita; pero comienza a sentirse culpable por haber abandonado a su jefe.

Monk despierta en una camilla del hospital, sin poder moverse ni hablar. Scott le explica que ha ingresado bajo un nombre falso, como un paciente que se ha caído por las escaleras. El doctor ha programado para Monk una dosis de tetraciclina intravenosa, una droga a la que el detective es mortalmente alérgico.

Natalie visita a su jefe, pero (al no poder hablar) este es incapaz de comunicarle que está en peligro. La enfermera llega para ponerle la intravenosa, y Natalie se marcha tras prometerle que volverá. Mientras la droga penetra en el torrente sanguíneo del detective, la enfermera menciona el nombre falso que se le ha asignado. Sospechando juego sucio, Natalie vuelve a la habitación y detiene la dosis mortal justo a tiempo.

El doctor Scott es arrestado. Finalmente Monk recibe el alta médica y, a pesar de varios contratiempos, jura que nunca más volverá al hospital.

Personajes y reparto

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