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Feliz cumpleaños, Sr. Monk
Cumpleaños
Información
Número de episodio: 8.09 (118)
Título original: Happy Birthday, Mr. Monk
Guionista: Peter Wolk
Director: Tawnia McKiernan
Duración: 42 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 16/10/2009
Episodio anterior: El Sr. Monk va a terapia de grupo
Episodio siguiente: El Sr. Monk y Sharona

Feliz cumpleaños, Sr. Monk es el noveno episodio de la octava temporada de Monk.

Argumento[]

Un encargado del mantenimiento, Bradley Foster, está limpiando un edificio de oficinas a altas horas de la noche. Mientras tanto, en el sótano, otro hombre fuerza una cerradura y se cuela en la sala del compactador de basura. Cuando Foster termina de pasar la aspiradora, toma el ascensor para bajar al sótano. Enciende el compactador y comienza a verter en él la basura, pero entonces la máquina se atasca. Foster se acerca para retirar una pieza de metal. Justo entonces, el misterioso intruso sale de las sombras y activa el interruptor del circuito. Foster cae en la máquina y es brutalmente descuartizado.

Al día siguiente, Natalie acompaña a Monk a la comisaría y le pregunta qué regalo quiere por su cumpleaños. El detective detesta los cumpleaños (especialmente su quincuagésimo). Cuando entran en la sala de la brigada, todo el mundo se esconde en el despacho de Stottlemeyer con una tarta. Monk comienza a sospechar que algo ocurre, e interroga a Natalie. Esta no sabe qué contestar, y el detective la acusa de haberle preparado una fiesta sorpresa. Natalie le pide que desempeñe su papel, pero Monk se niega a hacerlo.

Monk llega a la escena de la muerte de Bradley Foster, con Natalie asegurádole que le dará una fiesta sorpresa. Sottlemeyer y Disher intercambian algunas bromas sobre la muerte de Foster. Monk señala que el muerto debió de gritar durante el incidente. El gerente del edificio, Paul Wellman, le explica que él encontró el cadáver. Este opina que fue un accidente (Foster olvidó apagar el interruptor), pero recuerda que ha tenido que encender las luces al entrar en el sótano. Esto significa que alguien apagó las luces. Wellman explica que ha estado revisando las grabaciones de seguridad del vestíbulo y ha notado que sólo un hombre estaba en el edificio en ese momento: un tal Richard Meckler, que tiene allí su oficina.

Meckler es un abogado de patentes. Lo localizan en una presentación pública. En el escenario, Meckler muestra el Laser-Vac, el primer aspirador "autolimpiable" del mundo. Kurt Pressman, el inventor de la máquina, también está allí. Monk llega y queda impresionado por el aspirador. Posteriormente, Disher habla con Meckler, quien mordisquea nerviosamente un bolígrafo y le explica que se fue a la medianoche. No vio a ningún desconocido, ni nada que le hiciera sospechar.

Mientras tanto, Stottlemeyer está en la barra cuando se fija en una atractiva escritora, T. K. Jensen, que trabaja para una revista llamada Consumidores al día. El capitán se acerca a ella y mantiene una pequeña conversación, asegurándole que se compró una moto basándose en la crítica de su revista.

Por su parte, Monk habla con Pressman y expresa su admiración por su trabajo. Quiere comprar dos aspiradores, y el inventor le responde que le colocará en la lista. Después, Pressman le lleva un refresco a Meckler, quien admite que no puede identificar su sabor. Tanto Pressman como la esposa de Meckler lo prueban. En la barra, Stottlemeyer está intentando averiguar qué significa "T. K.", cuando Meckler cae al suelo y muere de un infarto (sin que los policías puedan hacer nada para salvarle).

Más tarde, Monk disfruta de su nuevo aspirador "autolimpiable" en su apartamento. Natalie llega, y el detective le explica que Stottlemeyer convenció a T. K. para que le prestara una de las aspiradoras. Cuando se marchan, Natalie dice que tienen para pasarse por su casa para coger su teléfono móvil. Monk la llama, y suena en su bolso. El detective comprende que estaba intentando atraerle hacia otra fiesta sorpresa.

Cuando ella le pregunta por qué no quiere tener una fiesta, Monk accede a contárselo tras haber cerrado las cortinas y haber apagado las luces. Explica que, cuanto tenía diez años de edad, solía ver al vaquero Hank en la televisión (de hecho, era su héroe). Su madre lo contrató para que actuara en su fiesta de cumpleaños, y este trajo una soga para hacer algunos trucos con ella. Todo el mundo se divirtió mucho... hasta que Hank se marchó. Entonces, todos los demás niños se fueron también. Ni siquiera se quedaron para la tarta.

Natalie no se muestra muy impresionada, e insiste en organizar una fiesta y sorprenderle con ella. Monk no la cree, pero su ayudante le advierte que tenga los ojos bien abiertos.

Stottlemeyer y Disher registran el apartamento de Bradley Foster, y descubren que han desaparecido su ordenador y algunas de sus herramientas. Natalie llega y explica que Monk no quiere pasar del vestíbulo porque piensa que es una fiesta sorpresa. Finalmente, Monk entra y examina todos los armarios para ver si hay alguien esperando a salir.

Stottlemeyer está seguro de que Natalie acabará dándole una sorpresa, pero alega que primero tienen que investigar el asesinato. Disher explica que Foster se graduó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1982, que trabajó en General Electric durante diez años, y que luego comenzó a beber y terminó trabajando de conserje. Monk encuentra una caja con varios documentos hechos tiras, y piensa que es confeti. El capitán finalmente consigue que se concentre en el caso, y este encuentra el tapón mordisqueado de un bolígrafo. Esto sugiere que, antes de morir, Meckler estuvo haciendo algo con Foster.

En la morgue, Monk comienza a revisar todos los cadáver cubiertos, pero sólo encuentra cuerpos muertos. El forense confirma que Meckler fue asesinado con una toxina de efecto rápido llamada "fluoracetato de sodio". Disher recuerda que él estuvo allí y no vio nada, pero Stottlemeyer cree que debe de haber una conexión entre las muertes de Foster y Meckler: cuando el primero murió, el segundo era el único que estaba presente en el edificio. Diez horas después, fue envenenado.

Posteriormente, Stottlemeyer llama a T. K. y le anuncia que van a recrear los acontecimientos. Ella se da cuenta de que la ha llamado sólo para volver a verla, pero no pone ninguna objeción. En el vestíbulo vacío, Monk reconstruye la escena: Stottlemeyer interpreta a Meckler, Natalie hace de la esposa de Meckler, y Disher hace de sí mismo. Monk, por su parte, interpreta a Kurt Pressman (el que les entregó los refrescos). Pressman y la mujer de Meckler bebieron del vaso, así que este no podía estar envenenado. Disher confirma que Meckler no comió nada, y no había veneno en el bolígrafo.

En su apartamento, Monk comienza a tener problemas con su aspirador y no puede lograr que funcione. Cuando el detective admite que ha limpiado el filtro, Natalie señala que el manual advierte repetidas veces que no hay que limpiarlo. Monk tumba su aspirador en el sofá y le pide a Dios que le lleve a él en su lugar. Sin embargo, pronto se da cuenta de que pueden pedirle a Pressman que lo arregle, y corre a visitarle. Cuando Natalie le recuerda que no puede saltarse su sesión con el doctor Bell, Monk comprende que ahí es donde ha organizado esta vez la fiesta sorpresa. Natalie se da por vencida; y promete que, en el futuro, su jefe pasará solo todos sus cumpleaños. Monk está de acuerdo... siempre y cuando puedan arreglar la aspiradora.

Monk y Natalie visitan a Pressman en su taller. El inventor admite que no puede pensar en nada, ahora que su amigo Meckler está muerto. Pressman menciona que el fallecido fue su compañero de instituto, además de su abogado. Monk expresa sus condolencias y pide a Pressman que arregle el aspirador. Este accede a echarle un vistazo. Se pone su cinturón de herramientas, pero tiene que volver a ajustarlo para adaptarlo a su cintura. Mientras busca la herramienta adecuada, el inventor pregunta a Monk sobre el caso en el que está trabajando. Natalie sugiere que su jefe está a punto de resolverlo, y Pressman dice que no podrá arreglar el aspirador hasta después del funeral de Meckler.

Mientras conducen, Natalie sugiere que Julie podría unirse a ellos y celebrar el cumpleaños de Monk con una pequeña tarta. El detective nota que un Cadillac con matrícula de Nevada está siguiéndoles, y pide a su ayudante que gire a la izquierda. Stottlemeyer les llama y explica que alguien ha ofrecido veinte mil dólares por sus vidas. El sicario abre fuego, y Natalie pisa el acelerador. Inadvertidamente, conduce hacia una fábrica y un guardia de seguridad les corta el paso. Cuando este es derribado a balazos, Monk y Natalie entran en el edificio.

Monk se ve obligado a elegir entre esconderse en un contenedor o en un baño portátil. El detective preferiría morir, pero finalmente se mete en el contenedor. Los sicarios llegan y deciden lanzarles al río. Después de abrir la tapa y ordenar a Monk y a Natalie que salgan, les conceden unas últimas palabras. Natalie se gira hacia Monk y, con una sonrisa en su rostro, le desea un feliz cumpleaños. El detective se da cuenta de que ha sido atraído hasta su fiesta sorpresa. Natalie le abraza, contenta por haberle podido engañar.

Minutos después, Monk conversa con Stottlemeyer y admite haberse sorprendido. El capitán explica que el todoterreno que les perseguía es del depósito municipal, y casi le convence de que dispararon realmente al guardia (la sangre falsa parecía muy realista). Natalie vuelve acompañada de Pressman, quien desea a Monk un feliz cumpleaños. Mientras el detective está distraído, el inventor roba su vaso y se aleja.

Stottlemeyer da las gracias a T. K. por haber ido a la fiesta. Mientras tanto, Pressman retira los cubitos de hielo del vaso de Monk y los reemplaza por otros especiales. Luego vuelve y coloca el vaso donde estaba. Los asistentes animan a Monk a pedir un deseo, pero este nota que uno de los agentes está aflojándose el cinturón. Recuerda que Pressman se ajustó su supuesto cinturón de herramientas, en un patético intento por arreglar el aspirador.

De este modo, resuelve el caso: el aspirador "autolimpiable" fue en realidad una idea de Bradley Foster (Monk recuerda que vio varios manuales técnicos en su apartamento). Convencido de que sería uno de los mayores inventos de la historia, Foster le presentó la idea a Richard Meckler (que era abogado de patentes y trabajaba en su mismo edificio). Meckler conspiró con Kurt Pressman para robar la idea, ya que eran viejos amigos del instituto. Meckler mató a Foster en el compactador de basura y luego Pressman se hizo pasar por el inventor del aspirador (con el objeto de repartirse los beneficios). Sin embargo, aunque Meckler era codicioso, Pressman lo era aún más. Decidió que no quería tener un compañero, así que lo envenenó.

Cuando Pressman recuerda que él bebió del mismo vaso que Meckler y su esposa, Monk mira su propio vaso y se da cuenta de que sus cubitos de hielo son cuadrados (cuando todos los demás en la fiesta son redondos). El veneno estaba en los cubitos, y Pressman bebió del vaso antes de que estos se derritieran en la bebida.

Justo entonces, el vaquero Hank llega y ata a Pressman con una soga para que la policía pueda esposarle. Después de haber realizado algunos de sus mejores trucos, Hank se marcha y Monk queda satisfecho.

Por su parte, Stottlemeyer vuelve junto a T. K. y le propone tener una cita. El capitán reconoce que sus frenos están estropeados, y que no quiere detenerse. La escritora explica que su nombre de pila es Trudy, y Stottlemeyer (sabiendo que eso perturbará a Monk) decide seguir llamándola "T. K."

Natalie se da cuenta de que Monk está realmente feliz, y de que nadie se ha marchado de la fiesta. El detective admite que es el mejor cumpleaños que ha tenido jamás... y le ruega que no vuelva a hacerlo.

Personajes y reparto[]

Enlaces de interés[]

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