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Mr. Monk on the road[]

En la carretera

El Sr. Monk en la carretera


Adrian Monk piensa que el cambio está bien mientras todo se quede igual.

Gran parte de la vida esencial de Adrian Monk dependía de la rutina de su vida y parte de su rutina era ver todos los días mínimo, un cadáver.

Adrian Monk y Natalie se dirigieron a una casa horrible, estaba arriba de un garaje sin ventanas, aislada de las demás casas, Monk conto diecisiete pasos antes de llegar a la escalera para subir a la casa. El Capitán Stottlemeyer les presento a la teniente Amy Devlin quien remplazaba a Randy Disher pues él ahora era jefe de policía en la ciudad de La Cumbre en Nueva Jersey, había aceptado el trabajo solo porque su novia Sharona Fleming vivía ahí.

Nelson Derrick era el nombre del ahora occiso. Su cadaver se encontraba sentado en su silla, con el brazo colgando, habìa una pistola debajo de su mano, sobre el piso. Por el agujero de su cabeza podian ver sus sesos.

Monk observo la escena en el siguiente orden: El cerrojo de la puerta abierta de una patada, a David Hale que tenía tres dedos vendados, amigo y agente del muerto;  él fue quien descubrió el cadáver, a los del equipo forense, las fotografías de la pared, al muerto y las cosas sobre la mesa.  La teniente Devlin dijo que perdía el tiempo ya que era un suicidio obviamente, había una nota de despedida en la máquina de escribir eléctrica, la pistola estaba bajo el brazo, las puertas cerradas desde dentro. Pero Monk dijo que era un asesinato, Devlin volteo a ver al Capitán Stottlemeyer, pero este desde un rincón le dijo que ya sabía lo que se venía, primero ellos le mostrarían todos los datos porque consideraban que era un suicidio y luego Monk mostraría sin lugar a dudas porque era un asesinato dejándolos con un sentimiento de estupidez. Devlin no estuvo de acuerdo e insistió en el suicidio.

Aquí esta lo que Monk encontró: Había diecisiete pasos desde la calle a la escalera de la casa, seguro que el muerto lo hubiera mencionado, la nota estaba escrita a dos espacios, mientras que el trabajo de Derrick estaba a cinco espacios, aunque las teclas de la máquina tenían las huellas de todos los dedos del difunto, él usaba solo los índices, como se mostraba en una de las fotos de la pared, y los cayos en los dedos índices, Monk pensó que alguien más escribió la nota suicida, limpio las teclas y paso los dedos de Derrick por las teclas. Monk con guantes presionó la tecla para espaciar y esta dio dos espacios, mientras que el manuscrito estaba a cinco. Pero esto aun no convencía a la teniente Devlín, Monk continuó:  -todas las puertas están cerradas desde dentro de la casa con llave excepto una, la que el asesino no pudo cerrar con llave, pero se esforzó a pasar la cadena con un gancho el cual le corto los dedos que ahora trae vendados, noto también que no se había movido de un rincón de la puerta a pesar de la horrible vista de los sesos del muerto, Hale le contesto que le habían pedido que se quedara y eso hizo. Monk le contesto que podía haberse retirado a otro cuarto de la casa pero prefirió quedarse ahí porque estaba buscando el gancho que se le cayó cuando cerró la puerta. Natalie quiso buscar el gancho pero Monk le dijo que lo traía uno de los del cuerpo de forenses que al entrar rasgo su mono y señalo a uno de ellos. La teniente Devlín le pido que le enseñara el zapato, lo cual hizo y le sustrajo el gancho. El Capitan Stottlemeyer le dijo a la teniente Devlín que sería mejor leerle los derechos a Hale y lo esposara.

Faltaba una semana para el cumpleaños  de Ambrose Monk, este los había llamado antes, para reprochar a Monk que no le informara que ya había resuelto el caso de Trudy (la difunta esposa de Monk)  ya que  la quería apenas, un poco menos que Monk y durante mucho tiempo pensó que la habían matado por su culpa, le reprochó que no le dijera de la hija secreta de Trudy. También le informó que tenía ya el juguete del “perro espía” del cereal del capitán Masca. Monk y Natalie observaron  la línea de figuritas coleccionadas del cereal. Monk señalando la figurita de cacahuate dijo que estaban en peligro porque esas estaban contaminadas con salmonella, a lo que Ambrose explico que había tirado el cereal y rescatado la figurilla, lo había hecho en el sótano y ya lo había sanitizado. 

Brenda Monroe acababa de morir y la teniente Devlin fue asignada a ir a recoger una caja de cereal Masca, al parecer Brenda había estado comiéndola sin darse cuenta de que estaba contaminada de salmonella. En cuanto Monk se dio cuenta de ello quiso ir, el Capitán no quería que fuera pero Monk no hizo caso,  así que llegó a la casa de Brenda, la teniente lo vio llegar y no disimulo su disgusto.

Junto al auto de Natalie se estaciono un camping del cual bajo Aarón Monroe hermano de la occisa. Monk acuso a Aarón de matar a su hermana, llevándole la caja de cereal contaminado el cual Brenda comió y después de una agónica recuperación del cáncer su cuerpo estaba débil, la salmonella la mato en menos de 36 horas. Solo había que averiguar en qué supermercado había comprado el cereal contaminado. Aarón tomo a Natalie de rehén empuñando un cuchillo en el cuello de ella. Devlin apuntándole con su arma le ordenaba que se rindiera y Monk al percatarse de lo sucio que estaba el cuchillo corrió a buscar uno limpio y negociaba con Aarón para cambiarlo.  Gracias a eso la teniente Devlin encontró un tiro limpio en la mano de Aarón y lo desarmo.

Monk en la noche fue a despertar a Natalie y le dejo saber que ya sabía lo que le regalaría a su hermano mayor. Libertad, luego explico su plan y Natalie trato de disuadirlo aunque fue inútil. Pero necesitaban la ayuda de otras dos personas más;  al menos al principio.

El día del cumpleaños de Ambrose se presentaron Adrian Monk, Natalie, Julie y Molly Evan, Ambrose se sentía muy abrumado pero feliz, después de comer una rebanada de pastel los somníferos hicieron efecto y se quedo dormido, entonces entre los cuatro empezaron a meter parte de las cosas de la casa a un camping junto a Ambrose. Luego Natalie se despidió con un amoroso abrazo a Julie, y Monk se despidió de Molly.

Natalie conducía la enorme casa-móvil por la carretera y aun trataba de persuadir a Adrian de volver.

-Estamos secuestrándolo, nos va a demandar- dijo Natalie.

-No, él no va hacer nada, tendría que demandar a Julie y a Molly también, y quiere mucho a esas dos niñas.

-Estoy temblando. Dijo Natalie.

-Conduzca con cuidado, el que me rento el camping me dijo que se conduce igual que un auto, solo tome en cuenta las dimensiones y todo va ir bien.

-No es eso, le temo a “Los adoradores satánicos”

-¿Es eso en serio? Monk sonrió.

Natalie le conto que de niña fue a ver la película “La raza del diablo”, que trataba de una pareja que iba de viaje en una casa-movil y eran testigos de una ceremonia diabólica, eran perseguidos y sacrificados, desde entonces tenía mucho miedo a este tipo de viajes. Termino de narrar su experiencia esperando un poco de compasión de Adrian pero este dijo:

-Solo fue una película, no fue real, listo solucionado. Su miedo es irracional y absurdo.

-¿Cómo usted que es aterrorizado por rodadoras?

- Eso no es una fobia, dijo Monk. Esto es sentido común. Ellas pueden venir a ti derecho.

-¿y la leche?

-Esto es por salud y cuestión de seguridad.

-¿Y los árboles?

-Ellos son un asilo para insectos asesinos y animales rabiosos. Piense en que esta es una oportunidad para usted y Ambrose de vencer sus miedos irracionales.

-¿Y los suyos?

-Son racionales. Seré su roca. Pero no como una roca que usted encuentra en la tierra, llena de suciedad. Seré la roca desinfectada en un lugar limpio y brillante.

El despertar de Ambrose fue terrorífico, creyó que estaba en un terremoto, por lo que corrió a ponerse a salvo junto a una pared, Adrian vino a tratar de tranquilizarlo, Ambrose pensó que había un coche dentro de la casa, cerró los ojos para tratar de despertar. Mientras Natalie estacionaba en un punto turístico, y se cercioraba por la ventanilla que no hubiera ningún adorador de Satanás. Vio a un ancianita que volteo a verla fijamente.

-¡Dios mío! No quiero infundirles temor pero ya están aquí. Dijo Natalie.

-¿Quiénes? Pregunto Adrian

-¡Estoy fuera de mi casa! Exclamo Ambrose

-Los adoradores de Satanás, fíjese en esa anciana que no parpadea, me ve fijamente. Dijo Natalie.

- Aquí no hay ningunos adoradores de diablo. Adrian le dijo a Natalie.

-Esta fuera y dentro de su casa a la vez. Dijo Adrian a Ambrose. Es perfecto.

-¿Cómo entre aquí? Dijo Ambrose.

-Lo drogue. Contesto Adrian. -Para darle libertad.

-¡No quiero ser libre! Casi grito Ambrose. -¡Quiero irme a mi casa! Suplico.

-Escuchó al hombre. Dijo Natalie mientras encendía el motor.

-¡No volveremos! Llevaremos a cabo el plan. Dijo Monk

-¿Por qué me hace esto? Pregunto Ambrose al borde de las lágrimas.

-Porque por primera vez en mi vida, tengo saldo a mi favor y quiero que vea por la ventanilla al mundo, en vez de la misma calle gris que, desde hace más de cincuenta años ve. Dijo Adrian.

-¿Cómo se le ocurrió esa idea? Pregunto Ambrose.

-De un asesino. El tipo que mato a su hermana con el cereal contaminado. Contesto Monk.

-Por supuesto que así lo hizo. Los sociópatas siempre dan el mejor consejo. ¿y cuál es el plan? ¿Matarme? Dijo Ambrose.

-Lo iremos planeando sobre la marcha. Dijo Adrian.

-Prefiero que me mate ya. Dijo enfadado Ambrose

-Son sus vacaciones, empiece a disfrutarlas. Dijo Adrian.

Ambrose se volteo hacia Natalie y le dijo: -No espere esto de usted, la creí mi amiga.

-Ayudo a Monk porque él quiere que sea feliz. Dijo Natalie.

-¿Me ve feliz? Es usted como una viuda negra, cortejando a los hombres con sus artimañas femeninas. Dijo Ambrose.

-Esto va a ser muy divertido, dele tiempo. Contestó Natalie.

- Lo mismo dijeron los pasajeros del Titánic y ya ve como terminaron. Dijo Ambrose.

Adrian Monk empezó a enseñarle el mundo a su hermano mayor por lo ventanilla, el cual no quitaba su cara de enfado, hasta que paso por la estación de policía y empezó a gritar por auxilio, Monk cerró los ojos pensando que tal vez drogar y secuestrar a su hermano la policía no lo tomara tan bien. Por suerte nadie se fijo en ellos.

Ambrose abrió la ventana y aspiro el aire, fragante a secoya y eucalipto.

-Esto huele como el ambientador. Dijo él.

-No, el ambientador huele como esto. Dijo Natalie.

Monk tomo un nivel, abrió la puerta, y salió de la casa-movíl. Ambrose dio un salto atrás y se agarro desesperadamente en la mesa para evitar ser sorbido por el vórtice del “Punto de Misterio”.

-No abra esa puerta sin advertencia. Dijo Ambrose. –todas las cosas terribles pasan.

-¿Cómo cuales? Monk pregunto desde el estacionamiento.

-Alguien podría perderse en la nube toxica de la humanidad.

Natalie se alisto a salir antes, le pregunto a Ambrose:

-¿Está seguro que no quiere venir con nosotros para atestiguar la maravilla del “Punto de Misterio” por usted mismo?

-Nunca estuve más seguro en mi vida. Dijo Ambrose.

En el “Punto de Misterio” Adrian movía su cabeza hacia atrás en señal de exasperación, mientras Mitzi explicaba los misterios del Punto de Misterio,

-La fuerza de los poderes polulan mas aquí, por eso las paredes están en ángulos extraños,  aquí se doblan las leyes de la física. Para demostrarlo invito a una niña china a que se subiera arriba de una mesa y estuvo de pie rígidamente en cuarenta y cinco grados de ángulo. Todos admiraron el fenómeno y empezaron a compartirlos en las diferentes plataformas de internet.  La gente empezó a preguntarse el por qué del fenómeno, formulando diferentes teorías que abarcaban desde aberraciones de los campos magnéticos, fantasmas juguetones, hasta ovnis. Por fin Monk dijo que era todo una broma. Mitzi lo invito a usar su propio nivel para cerciorarse por sí mismo.

Monk explico el truco:

-La curvatura que nos conduce hasta aquí, junto a la cerca, fueron diseñados para distraernos del ángulo frente al cual andamos. La casa esta inclinada mucho mas y una parte de ella está sepultada en la ladera. La cerca no está a una misma altura. Algunos son más altos que otros. Lo más importante la cumbre crea un horizonte falso y nos da un contexto inexacto que parece que es realmente derecho. La verdad estamos parados en un ángulo de cuarenta y cinco. La niña china es la única que esta derecha. Monk esperaba felicitaciones pero la gente se sentía desengañada. Mitzi se disculpo porque ella de verdad creía en el “Punto de Misterio”. Una mujer enrojecida por el coraje le dijo:

-Lo que usted ha hecho es lo mismo que levantarse en un teatro y descubrir el secreto del mago. ¿Le gustaría que alguien le hiciera esto?

-Lamento que más personas no lo hagan.

Monk se enfrasco en una discusión por la grosería de echar a perder el espectáculo, hasta que dijo que Santa Claus no existía, causando una tormenta con los niños y padres que estaban ahí. Natalie prudentemente tomo a Monk del brazo y se lo llevó.

Al llegar a la casa-móvil la policía los esperaba ya que había una muerta en la playa. Era una mujer atractiva, con pelo rojo, sandalias, shorts, y una camiseta. Su piel era blanca y pecosa. Tendría unos veintiséis años. Con esta ya era la segunda mujer barrida por las rocas en la playa este mes. El Capitán Rusell Simcoe esperaba que Monk les ayudara de dilucidar si era un accidente o un suicidio

Natalie estaba a punto de de decir que no podían ayudar, que estaban de vacaciones y se tenían que ir. Cuando Monk dijo:

-Ninguno, “esto es un asesinato”. La mujer usa sandalias de media suela, luego entonces no salió por su propio pie a caminar, esas sandalias no sirven aquí, se le hubieran atorado entre las piedras, o se hubiera resbalado. Ella está pelada y se quema fácilmente, por lo tanto no saldría sin su protector solar.

-Hay una botella de protector solar en su silla, también una toalla y un libro de Moby Dick. Dijo el Capitán Simcoe.- Tal vez por eso salió tan temprano, antes  que el Sol saliera.

- El libro desmiente su teoría- continuo Monk. –Ella nunca hubiera leído esa novela. Ella ama a las ballenas.

Monk señalo el estacionamiento. – Hay un solo coche con un estante en la azotea para un kayac, y tiene un adhesivo de Greenpeace en el parachoques.

También le mencionó que la cicatriz en el codo de la mujer se hace por la repetición del ejercicio de remar, a lo que Natalie le replico que tal vez era levantadora de pesas.

-No, su extremidad superior mostraría la musculatura que se forma por ese tipo de culturismo.  ¿Tiene algún sospechoso en la mira?- Pregunto Monk.

-¡Por Dios! ¡No! Hasta hace rato no sabía que se trataba de un asesinato. ¿Cómo podría tener un sospechoso?- Dijo el Capitán Simcoe.

Entonces Natalie tomo del brazo casi con furia a Monk y se lo llevo lejos.

-Nuestro viaje comenzó hoy, pero si usted se implica en esta investigación, todo llegará a su fin, porque lo dejaré solo. Dijo Natalie

-Usted no hará eso- dijo Monk

Natalie lo miro fijamente a los ojos. –Ni lo intente. Recuerdo lo que pasó en nuestras vacaciones en Hawái, Alemania y Francia. Si hablaba en serio sobre el regalo de Ambrose, usted entrará en la casa-móvil conmigo ahora mismo, seguirá con el plan y dejara a la policía para que lo resuelvan ellos solos.

-No pienso que pueda hacer eso, nunca he dejado un caso sin resolver. Dijo Monk

-¿Cómo puede esperar que Ambrose encuentre el coraje para dejar su casa, enfrentando su mayor miedo, cuando usted no puede doblegar su voluntad de seguir una simple investigación?- Le reprocho Natalie y a continuación le dio la espalda alejándose de él. Abandonándolo a mitad de camino entre la escena del crimen y la casa-móvil.

Natalie y Ambrose discutían sobre la libertad y los peligros de la realidad, cuando Ambrose no pudo refutar los argumentos de Natalie volteo a ver a su hermano en busca de ayuda,  pero este se hallaba recostado en posición fetal, abrazando su Lysol sobre un sofá.

Al llegar a un autoservicio de comida rápida, Adrian y Ambrose se pusieron melodramáticos sobre la forma de comer sobre el rezago, las cantidades aleatorias de las piezas de comida, el número impar de las puntas de las  estrellas, las tiras cómicas que ofrecían, y el hecho de cobrar 4.80 en vez de 6.00 si el anuncio decía que cobraban 6.00. El sorprendido empleado se vio obligado a cobrarles los seis dólares. Armaron otro lio a la hora de comer, se sorprendieron mucho cuando Natalie acabo rápidamente su hamburguesa, mientras ellos hacían una fila con los ingredientes de sus respectivas hamburguesas.

Natalie hizo amistad con un conductor que se estaciono al lado de ellos, la invito a su casa y Ambrose le dijo a Adrian que la acompañara.  En la casa-móvil de Dublan, Monk se sentía incomodo por el mal estado del interior, Natalie y Dublan tomaron unas copas y ofreció a Adrian y a Ambrose botellas de agua Fuji. Ambrose no se despego de la ventanilla que daba a la casa de Dublan. Dublan le dijo a Natalie que estaba enfermo de cáncer, que era escritor de novelas;  Yuki la secretaria de Dublan  le agradó mucho a Ambrose. Cuando acabo la velada Natalie y Monk se despidieron, Natalie se apoyo en Monk por que se le doblaron las rodillas por causa del alcohol ingerido.

Monk la llevo a caminar hasta que Natalie recupero su sentido de gravedad, luego la llevo a la casa-móvil donde los esperaba un Ambrose sumamente preocupado, luego armaron una discusión sobre las camas y el uso del baño. No tenían problemas entre ellos pero como Natalie no era de la familia sentían que se convertiría en un baño público. Natalie no les hizo caso y de todas formas lo uso.      

A la mañana siguiente después del desayuno Monk ayudaba a Natalie a salir del estacionamiento, este se aseguro de escribir indicaciones precisas, Natalie entendió que la falta de la culminación del asesinato en la playa había minado el sentido de saldo de Monk y estaba luchando por recuperarlo.

En un momento de confianza intima Ambrose le conto a Natalie que de pequeño enfermo de la gripe de Hong Kong, su mamá entró en pánico y lo dejo en el sótano solo y aislado hasta que se recupero, entonces el pequeño Ambrose ya no quiso salir de la casa, por parte de la escuela enviaron una persona que diagnosticó al pequeño con agorafobia. Entonces le enviaban un profesor a darle clases individuales, Ambrose dijo que aquellos eran tiempos felices, Natalie volteo a ver a Adrian quien por su cara de disgusto y sus ojos tristes pudo ver que no estaba de acuerdo. Sintió ira con la mamá de Ambrose y Adrian, recordó que cuando Julie enfermaba, ella se desvivía por que estuviera lo más cómodamente posible. Lo que hizo la señora Monk no era ser una buena madre.

Natalie conducía por la carretera cuando avisto el Gran Puente de Cala Bixby. El puente es impresionante, una maravilla arquitectónica de concreto y refuerzo de acero. A decir verdad Natalie sintió miedo que a mitad del puente la naturaleza y la gravedad lo derribaran. Al cruzarlo los tres sostuvieron la respiración, al pasarlo Ambrose asustó a Natalie al soltar un gritillo de triunfo.

-Se siente bien estar vivo. Grito Ambrose.

-Debería oler las rosas. Dijo Natalie.

-Si inhala una cantidad excesiva de polen puede provocar una reacción de  sinusitis que podría hacer que se ahogue en su propia mucosidad.  Dijo Monk.    

-Es siempre agradable oír su alegre punto de vista. Reprochó Natalie.

-No olería una flor porque podría inhalar una abeja. Comentó Ambrose.

-Y los buenos siguen aclamando. Dijo Natalie.

-Para ser honesto nunca estuvimos en peligro al cruzar aquel puente.- Ambrose garabateo una ecuación matemática expresando las fuerzas verticales y horizontales para ver si esto lo puede sostener a continuación Ambrose dio una clase completa sobre los arcos de apoyo, explicando con formulas matemáticas junto a la historia desde los primeros arcos hasta los de nuestros días, para explicar porque eran tan seguros, él después de saber que lo llevarían por la carretera hizo una investigación por internet y realizo el cálculo del puente por el que cruzarían. –Aunque claro el miedo es irracional, en el nivel intelectual usted sabe que es seguro pero no significa que usted creerá eso.- Termino diciendo.

-¿Hizo el cálculo de cada puente, por los que pasaremos?- Pregunto Natalie.

-No, pero puedo. Respondió Ambrose.

-No se moleste, la incertidumbre es más estimulante.- Dijo Natalie.

-La incertidumbre es ignorancia.- Dijo Monk.

-La ignorancia es felicidad.- Contesto Natalie.

-Solo para el ignorante. ¿No habíamos tenido esta conversación antes? ¿No había ganado yo el argumento?- Pregunto Monk.

-Soy felizmente ignorante. Natalie rio.

Los tres guardaron silencio y disfrutaron del paisaje que se abría ante sus ojos. La combinación de acantilados, la costa y los bosques.

No importa donde vaya Monk, el inevitablemente descubre un asesinato. Según las estadísticas no pareciera posible que una persona pudiera encontrar tantos cadáveres. Cualquier persona razonable se mantendría a ella y a sus seres queridos lejos de él.

Monk perseguía a un chico que iba pegando goma en las paredes. En un callejón lo alcanzó pero se quedo tan impactado por el arte de goma que habían logrado los chicos del lugar que simplemente se paralizo. Por suerte para él, Natalie llego a rescatarlo y se lo llevo despacito. Cuando se hubieron alejado lo suficiente Monk logro balbucear:

-Llama a la policía Natalie.

-Vamos Sr. Monk, no podemos llamar a la policía por el arte callejero que hicieron con las gomas, admito que es asqueroso, pero de eso a llamar a la policía… dijo Natalie.

-No es por eso, ha habido un asesinato. Dijo Monk.

Natalie empezó a sentir un frio recorrer su espalda. –Usted está desesperado por encontrar un asesinato para investigarlo.

-¿Vio al tipo sin hogar? Está muerto y fue asesinato.  Dijo Monk.

-Era solo un tipo sin hogar, durmiendo en el piso. Dijo Natalie.

-Él es joven. Su pelo esta recién  cortado, sus uñas bien cuidadas, su piel es pálida y sus sandalias de cuero perfectamente limpias. Explico Monk.  

-Tal vez, él es alguien sin hogar que es cuidadoso con su persona. Dijo Natalie, sabía que  era un comentario estúpido pero era mucha su necesidad  de alejarlo de ese mal.

-Sé que él está muerto porque lleva puestos pantalones cortos, y sus tobillos desnudos están marcados bajo la manta. Puedo ver la decoloración purpurina de su piel despellejada que indica el lívido pos´morti, la reunión de la sangre en el cuerpo está ocurre una vez que el corazón deja de bombear sangre y la gravedad hace su trabajo. Ello también me dice que él fue asesinado aquí. Explicó Monk.

Natalie no tuvo más remedio que llamar al 911, dando sus nombres y la información de contacto del Capitán Stottlemeyer para prevenir que la policía local los tomara como sospechosos.

Monk se exaspero por la hipótesis del detective Terry Donovan que dijo que el asalto fue rápido.

-¿Cuál ladrón trae una manta de vagabundo para cubrir el cuerpo?- Preguntó Monk.

-Tal vez fue un limosnero. Replico el teniente Donovan.

-Tendría que estar loco para hacer eso. El muerto no tiene heridas defensivas y su herida esta a la altura de su pecho. Significa que él confiaba en quien lo asesinó.

El detective Donovan los despidió no sin antes reñir con Monk acerca de la limpieza de la pared con goma. Sobre todo cuando le dijo que era una tradición del lugar.

Natalie y Monk se dirigieron a la casa-móvil, vieron la cara de espantado de Ambrose viéndolos en medio de la policía y teniendo toda la atención sobre ellos. No estaban ayudando mucho al agorafobico.

-Esto parece más malo de lo que parece. Dijo Natalie a Ambrose.

-Nunca voy a salir, eso es seguro. Dijo Ambrose.

-Vamos a penas son dos asesinatos en dos días, no es tan malo. Dijo Natalie tratando de quitarle importancia.

-Es peor. Dijo Adrian.

Natalie le lanzo una mirada fulminante.

Natalie pensó darle un deleite a Ambrose al conducir despacio por las calles de Solvang, sabía que era una trampa turística, pero la arquitectura de cuento de hadas del lugar era un convite visual para Ambrose. Natalie sabía que a Adrian estaba firmemente contra las estructuras de paredes entramadas, pero no profirió ninguna queja, en cambio Ambrose quedo prendado por el lugar, en un momento abrió la ventana y el rico aroma de comida al horno y dulce les llegó casi al instante. Estacionó y bajo a comprar comida y dulces daneses, así como recuerditos. Que fueron muy agradecidos por Ambrose. Natalie le dijo que la idea había sido de Monk. Ambrose le dio las gracias a Adrian. Natalie pensó que tal vez ya no estaba tan enojado por haberlo drogado y secuestrado o era eso o tenía el síndrome de Estocolmo.

Después planificaron pasar por la hermosa ciudad de Santa Barbara, enseguida por Santa Clarita, por Victorville, las Vegas o el Magnifico Cañon.  Al pasar por el desierto dejaron atrás la magia de aquellas ciudades turísticas y se les presento un paisaje totalmente diferente, aunque Ambrose no era capaz de apreciarlo al menos al principio. Él estaba demasiado aterrorizado y Natalie estaba un poco preocupada también ya que viajaban por el Callejón de la Sangre. El lugar se había ganado el nombre por la infinidad de accidentes ocurridos por choferes que se quedaron dormidos, por la monotonía del interminable camino o por querer rebasar confiados cuando el trafico venía en sentido contrario. Conduciendo a alta velocidad  estable, había un cierto ritmo ondulante calmante, no era extraño porque tantos choferes se durmieron. Después de un buen rato Natalie observo a Ambrose muy relajado. Sus ojos centellearon.

-¿Le gustó el desierto?- pregunto Natalie.

Ambrose asintió con la cabeza. –Es el primer lugar que no me parece tan horrible, no hay nada.-

Natalie se orillo en la carretera y paro la casa-movil  abrió la puerta, una corriente de aire lleno la casa-móvil y le dijo a Ambrose – Aquí estamos, vaya hacerlo-

-No puedo, tan solo tenía un breve interés.- dijo Ambrose

-Allí no hay nadie, no hay distractores, ningún desorden, ningún caos. Usted puede ver lo mismo por ciento de miles a donde volteé.- dijo Natalie. Le hizo señas a Adrian para que lo apoyara. Este se acerco y con un susurro le pregunto

-¿Hay serpientes de cascabel, lagartos, arañas u hormigas de fuego?

-Ninguna cosa- Natalie le devolvió el susurro.

-Ahora vaya ahí afuera y ponga el ejemplo a su hermano. Esta oportunidad nunca la volverá a tener.- Dijo Natalie.

Natalie no le dio oportunidad de replicar lo tomo por las solapas y caminaron algunos metros.

-Esto no va a funcionar- Susurro Monk.

-Sea paciente, Sr. Monk- susurró Natalie y volviéndose hacía Ambrose le dijo:

-Es asombroso aquí afuera. Es como si fuéramos las únicas personas en el mundo. ¿Puede imaginar a que se parece?

-Lo he imaginado.- Dijo Ambrose, parado en la puerta agarrándose del marco de la puerta con ambas manos.

Era como si hubieran aterrizado en la Luna y la casa-móvil era el modulo de la tierra. Él juntaba coraje para dar aquel primer paso para el hombre y un salto gigantesco para la humanidad. Ambrose sintió un tirón. Todo lo que necesitaba era alguien de quien agarrarse. Natalie volteo hacia Monk y señaló con la cabeza hacia su hermano. Por una vez, Monk entendió el mensaje tácito. Él despacio se acerco a Ambrose y le ofreció su mano. Ambrose respiro hondo, dejó en la puerta una mano y alcanzó con la otra a su hermano. Monk tomó su mano pero no lo jaló. Él esperó. Estremeciéndose, Ambrose extendió su pie en la estepa, bajándolo con cuidado a la tierra, y ellos esperaron  para ver que ocurría. Pero nada pasó. Él permaneció con un pie en la casa-móvil y otro fuera. No era una posición cómoda. Debía tomar una decisión. ¿o no? Ambrose tomó otro aliento, cerró sus ojos, y dejó la casa-móvil, plantando ambos pies en la tierra. Estaba otra vez fuera en décadas. Ambrose abrió los ojos. Miró a Natalie, y todavía sosteniéndose de la mano de Monk, dio un paso en su dirección y luego otro. Y ahí estaba Ambrose en el desierto lejos de la casa-móvil tomado de la mano de Monk tan fuertemente que los nudillos de Monk estaban blancos. Luego saludó con la cabeza. –Es agradable aquí afuera.- dijo Ambrose.

-Sí,- dijo Monk –lo es.

Ambrose fue capaz de estar cinco minutos antes de llenarse de pánico y precipitarse hacia adentro. Pero tanto Monk como Natalie lo consideraron un gran éxito. Monk acompañó a su hermano mientras Natalie recogía una roca, justo como Neil Armstrong hizo y la llevo a la casa-móvil como recuerdo del gran paso de Ambrose.  La puso al lado de los otros recuerdos.

Natalie les propuso que pasaran la noche justo ahí pero los dos hermanos no se sintieron a gusto de pasar ahí la noche. Monk se acerco y le murmuro.

-¿Y si nos atacan los hillbillies, o los cuervos o los lobos?

Natalie no había pensado en los peligros de los hillbillies o animales salvajes, pero cuando menciono “ser atacados” recordó a los adoradores satánicos, que justo acampaban a un lado del camino y así eran atrapados. Entonces puso en marcha la casa-móvil para buscar un lugar un más popular. No tardo en encontrar uno en el Silver Spur.

En la segunda noche  ninguno podía dormir por la música estridente que venía de uno de las casas-móviles, entonces Natalie y Monk fueron a pedirles a aquellos escandalosos que bajaran el volumen. Resultaron ser tres viejas hermanas Gertie, Mabel y Bessie, los invitaron a pasar a su casa-móvil y fueron muy amables, Monk se fijo en la gran cantidad de recuerdillos que tenían en una vitrina  y ellas le dijeron que gastaban los últimos años de sus vidas paseando y conociendo el país. Luego les preguntaron cuál era la relación que había entre ellos dos, se sorprendieron mucho al saber que Monk era el jefe de Natalie. Luego les preguntaron que cuál era su trabajo y Monk les explico que él era un detective asesor que ahora estaba en paro a causa de Natalie que lo había obligado a dejar pendientes dos asesinatos, uno en Santa Cruz y otro en San Luis. A lo que Bessie le preguntó –Pero que ¿no es usted  el jefe?- 

-Si, pero ella da las oredenes. Dijo Monk. Luego quiso irse y llevarse a Natalie por que le dio miedo de enfermarse de conjuntivitis.

Natalie quiso quedarse un rato mas platicando y al retirarse le regalaron unas galletas,  las cuales se hecho en el bolsillo y se las comió antes de ir a dormir.

A las dos de la mañana Monk sacudió a Natalie para regañarla ya que la consideraba una borracha y ahora una heroinómana, Monk había revisado el bolsillo de Natalie y encontró marihuana en las virutas de las galletas, Monk traía sus guantes amarillos de limpieza y con un trapito le limpiaba la cara a Natalie. Está enojada le quitó la lámpara y lo mando a dormir.

Al otro día Natalie ya como chofer de la casa-móvil tomaba la decisión de desviar el plan original y en vez de ir por la Ruta Estatal tomo la milla 66 para ir a la ciudad de Oatman, esta parecía aun estar en el año de 1800, en la época de la fiebre de oro. Ambrose quedo fascinado inclinándose en su asiento. –Es como hacer un viaje en el tiempo en el Viejo Oeste.-

Natalie no les dijo que ese camino era conocida como Sangre66, algunos carros se volcaban por fallarles los frenos debido a lo cerrado de las curvas y a al mal estado de la carretera, pero confió en el potente motor y modernos frenos de su auto.  Cuando estuvieron a puto de volcarse en una de las curvas. Monk le pregunto el motivo de por qué iban por ahí.

Natalie solo le contesto que era un pedazo de historia, que era la última extensión de la original Ruta 66. Monk había empezado a reñirla cuando de atrás se escucho un gemido profundo, bramador de un cuerno.  Natalie se asustó y vio por el espejo retrovisor un camión petrolero marrón enorme, eructando y echando humo.

El camión grazno otra vez, Ambrose pregunto -¿Qué quiere él?

-Qué vaya más rápido o que lo deje pasar. - Contesto Natalie.

-Pues déjelo pasar.- Dijo Ambrose.

El  camión grazno de nuevo acercándose a velocidad al de ellos.

Ambrose pregunto: -Es legal pasar este camino?- Se refería a las líneas continuas de la carretera. El agresivo camión lanzo tal chillido largo, furioso, como un grito de guerra indio que Ambrose dijo:

-Déjelo pasar.

-Es ilegal- dijo Monk.

-No hay nadie aquí, qué diferencia hay?- le contestó Ambrose.

-La ley es la ley, haya alguien que la haga cumplir o no.- Replico Monk.

Natalie bajo la ventanilla para hacerle señas al camión de que los pasara. Ante el disgusto de Monk.

El enorme camión empezó a rebasarlos y pudieron ver el letrero de “INFLAMABLE” unas calaveras, manchones rojo como sangre, y cruces bajo el estiércol en todo el camión. El instinto de peligro llego a su máximo nivel de alerta y freno antes de que el camión se le echara encima, lo vieron meterse en su camino. Si Natalie no hubiera frenado los hubiera echado del camino. Monk le grito a Natalie que se fijara en la placas para reportarlo, aunque Natalie ya lo había hecho, casi en automático, no se podía ver si traía o no placas.   

-Él debe tener mucha prisa a donde quiera que vaya.- Dijo Ambrose.

-Él es un bastardo.- Dijo Natalie.

-El bastardo ciertamente no es un chofer muy responsable.- Dijo Ambrose

La profanación no salía fácil de su lengua pero en esta ocasión no lo sintió así. Subieron lentamente una colina y cuando llegaron a la cima;  el camión había desaparecido, entonces los tres respiraron aliviados. 

En Kingman llegaron por gasolina, Natalie detuvo a Monk de poner una denuncia con la policía por el irresponsable chofer, pero Natalie le dijo que no tenía caso. Continuaron por la carretera que ahora les parecía una tierra baldía postapoalíptica. Al principio era sólo una mota en el espejo de Natalie. Pero entonces vio el humo y supo. Él había regresado. La distancia disminuía inexorablemente. Piso el acelerador. Monk y Ambrose notaron la aceleración. Monk trepó atrás del asiento de Natalie y viendo por el espejo retrovisor dijo:

-Es él.

-Usted mejor siéntese Sr. Monk, no estoy para más problemas. Dijo Natalie.

-¿Qué quiere el bastardo de nosotros?- Pregunto Ambrose.

El camión se acercaba rápido con su daam-daam. Los alcanzo y empezó a chocarlos por la parte posterior. Natalie lucho por mantener su vehículo en la carretera.  Vio a la distancia una curva si eran chocados ahí estaba segura que los volcaría. Vio con desesperación que Monk se levantaba de su asiento. –¿Qué hace? Siéntese- Pero Monk no escuchaba. El se fue hacia atrás. Natalie se concentraba por mantener el vehículo por la carretera, le dijo a Ambrose -¿Qué hace él?- El camión choco de nuevo

-El se cae.- dijo Ambrose.

Natalie luchó por recobrar el control.

-El avanza lentamente a la galera.- Dijo Ambrose.

Natalie ya podía ver cercana la enorme curva, sintió la necesidad de meter freno.

-Él tomo el extintor de la pared.-

Natalie vio su velocidad de cien millas por hora.

-Adrian se tambalea al dormitorio.-

El camión se les acercaba.

-Él salta a las paredes.-

Se escuchó el zumbido del extintor, Natalie pudo ver por su espejo una ráfaga de espuma blanca cubriendo la parrilla del camión.

Vio ir de un lado a otro al camión luchando por el control. Natalie bombeo los frenos para pasar lento la curva, la tomo lo más grande que pudo. Por suerte no venia trafico del carril contrario. Miró al espejo y vio como el camión se quedaba fuera de la carretera. Monk surgió de atrás. Tomo un nuevo extintor y lo sustituyó por el usado.

-¿Qué hizo, usted?- preguntó Natalie.

-Abrí la ventanilla trasera, esperando que se acercara mas, y rocie la espuma del extintor.- Explicó Monk.

Ambrose sonrió. –En otras palabras, Adrian sofocó el motor del bastardo bloqueando la toma del aire.

Cuando llegaron a Seligman Natalie ya no detuvo a Monk de hacer la denuncia. Les dijeron que esperaran a un oficial, aunque no sabían cuanto tiempo. Natalie le ofreció comprarle una cerveza espumosa y fría, lo cual le agrado a Ambrose. Entonces fue a comprar algunos alimentos, cerveza y toallitas. Esperaron aburridos hasta que al fin llegó una patrulla, Monk inmediatamente narro como el chofer del camión los persiguió y los agredió, pero el oficial les dijo que la acusación no valdría hasta que el acusado estuviera presente, ya que ellos podrían estar mintiendo.  El chofer podría decir que ella fue la imprudente y que él fue el herido.

Ambrose salió en defensa de Natalie desde la ventanilla del vehículo.

-¡Me ofendo por la implicación . Eso es ridículo!

-Sin ver el incidente yo mismo, y sin la ventaja de testigos independientes, objetivos, realmente no puedo decir lo que pasó y que no. Dijo el oficial.

-Pero el camionero no tiene ninguna defensa racional lógica. Ella tendría que estar bebida o medicada para romper nuestra casa-móvil, y usted puede ver que ella no es así.- Defendió Ambrose a Natalie.

-No puedo estar seguro de eso. Dijo el oficial.

-Ella tomará una prueba de alcohómetro ahora mismo si quiere o una prueba de medicina. Añadió Ambrose.

Monk y Natalie se pusieron rígidos al recordar los martinis y las galletas con marihuana que ella había ingerido.

El oficial les dijo que no era necesario y se fue.

Continuaron su camino hacia  el Gran Cañón donde Ambrose y Monk lo disfrutaron mucho. Después aparcaron en el campamento KOA cerca de la carretera 64. Luego Natalie descubrió que iba a ver un autocinema y decidió invitar a los Monk al cine. Ambrose corrió hacia la puerta donde se hallaba Natalie y le pregunto emocionado  -¿Estoy yo invitado? Mientras Monk veía a Natalie con sospecha. Ese mismo día temprano fueron testigos de un acto conmemorativo con motivo de uno de los empleados que murió. Natalie averiguo que por alguna razón desconocida el pobre tipo se había ido andar por el desierto, descalzo hasta que fue atropellado en la carretera. Por la noche Natalie aparco su casa-móvil frente al cinema para que Ambrose disfrutara de la película.

Al otro día enfilaron hacía las Vegas cuando entraron por la ciudad pudieron apreciar todas las recreaciones de edificios más importantes del mundo, pero lo que realmente quería ver Ambrose era al tirano-rex. Así que Natalie le dio gusto y lo llevó a que viera los monstruos animatronicos de los dinosaurios combatiendo uno contra el otro. Los dejo ahí y bajo para jugar un poco y ver su suerte, jugo y gano veinte dólares, se llevó un dollarchip como recuerdo para Ambrose quien apreció el gesto. Se pusieron sentimentales hablando de los recuerdos, Natalie abrió una vitrina y enseño todos los objetos-recuerdos que estaba coleccionando Ambrose y vio con angustia el movimiento característico de Monk cuando está a punto de resolver un caso. Monk acababa de sacudir la cabeza y tenía esa expresión que Natalie conocía tan bien.  

-Usted acaba de solucionar un asesinato. Dijo Natalie.

-En realidad tres. Dijo Monk.

-Pero usted no ha estado investigando ningún asesinato. Dijo Natalie mientras conducía por las Vegas minutos mas tarde. Dejando la ciudad y el deposito del campamento atrás. –Me aseguré de ello, por lo visto no era así. Natali se dio cuenta que podría alejar a Monk de las escenas del crimen, y de entrevistar a los sospechosos, examinar pistas, pero no podía detener su pensamiento.

-No entiendo porque no pasamos la noche en las Vegas; quería ver la lucha de los dinosaurios y la caída de la lava. Dijo Ambrose.

-Los dinosaurios no van a ninguna parte, los asesinos sí. Dijo Monk.

-¡Ah! Son más de uno. Dijo Natalie.

-Marque la ruta más derecha a Yosemite, ahí interceptaremos a las tres viejas. Dijo Monk.

-¿A quién mataron? Pregunto Ambrose.

- A la mujer de la playa en Santa Cruz, al estudiante en el callejón de San Luis y al obrero de la construcción en el Magnifico Cañón, posiblemente a más gente. Dijo Monk.

-Pero las hermanas Zarkin no pudieron haber matado a las tres personas. El tiempo está todo mal, las mujeres habrían tenido que estar en dos estados inmediatamente, y esto es imposible. ¿Qué pruebas tiene usted de que ellas asesinaron a alguien? Dijo Natalie.

-Ninguna en absoluto. Dijo Monk.

-Entonces, por qué dejamos Las Vegas,” dijo Ambrose, “privándome de ver la ciudad antes de la noche, y apresurándonos a Yosemite?

-Para conseguir pruebas que no tengo y detener a las Extrañas Hermanas de asesinar a alguien más. Dijo Monk.

-¿Por qué no llamamos sólo a la policía y les dejamos manejarlo?” Ambrose preguntó.

Natalie sabía la respuesta a aquella pregunta y explico: El  único  qué creería al Sr. Monk, sin cualquier prueba o explicación, que estas tres viejas  viajan por todo el país matando gente es el Capitán Stottlemeyer, quién no tiene la jurisdicción en Santa Cruz, Obispo San Luis, el Magnífico Cañón, o Parque Nacional Yosemite.

-Que no significa que no deberíamos llamarlo.  Dijo Monk.

¿Con  que fin? Preguntó Ambrose.

-Para que vaya preparando sus fuerzas. Dijo Monk

-¿Para qué?” Ambrose preguntó.

-La detención,” dijo Monk. “Aquellas brujas son asesinas, y voy a detenerlas.

Seguro que Ambrose se habría sorprendido por Yosemite, con sus vistas increíbles de cascadas que se desbordan en acantilados de granito, sus grandes bosques de secoyas gigantescas y robles negros. Pero cuando llegaron allí, ya todo estaba oscuro para que pudieran ver cualquiera cosa.

Natalie se registro en el campamento y alcanzó a ver la casa-movil de las Zarkins. Tanto Ambrose como Natalie estuvieron en desacuerdo de que Monk  fuera a verlas sin tener ninguna prueba. Pero Monk camino a la puerta y dijo: -La justicia ha esperado demasiado. Luego salto afuera y con paso decidido camino rumbo a la casa-móvil de las Zarkins, Natalie le dijo a Ambrose que cerrara por fuera y fue tras su jefe.

Bessie apareció con una amplia sonrisa y los invito a pasar. Gertie los fulmino con la mirada, Marbel parecía aturdida. Monk entro decidido.

-Tiene un hijo, maneja un camión petrolero. Dijo Monk

-Mi hijo y su padre no tardan en llegar en un dieciocho ruedas.

-Ustedes mataban en un estado y su hijo en otro. Ustedes mataron a la mujer y al estudiante y su hijo al obrero; y luego trato de matarnos en la ruta 66. Dijo Monk.

-Y todavía coleccionan recuerdos de sus matanzas. Monk se dirigió a la vitrina  y señaló –dolares de la arena de la mujer muerta en la playa, goma del estudiante y su hijo le sacó las botas al obrero. Continuó Monk.

Natalie se acerco a la vitrina y se horrorizo al calcular que si cada recuerdo significaba un asesinato ellas eran responsables de un número espantoso de asesinatos, a través de todo el país.

Las tres hermanas no tuvieron empacho en descararse, claro que lo negarían todo ante un juez. Monk satisfecho salió de ahí, ante el desconcierto de Natalie. Entonces se dirigieron  otra casa-móvil, nada menos que a la de Dublan y Yuki. Quien resultó que ellos venían siguiendo la pista de las hermana Zarkins, y de eso trataba la novela que estaba escribiendo. Le dio a Monk una carpeta con todo el seguimiento de investigación que tenía Dublan a través del tiempo y de la carretera. Yuki les informo que había visto llegar al hijo de Bessie. Natalie corrió a avisar al guardia de la puerta, lo encontró dormido, Natalie vio las galletas de mariguana igual a las que le regalaron a ella, entonces corrió de vuelta a la casa-móvil de Dublan, luego escucho el estruendoso cuerno del camión petrolero, llena de terror volteo a ver el camión abriéndose camino entre los arboles iba hacia ella. Natalie corrió lo mas rápido que pudo sintiendo que la distancia se acortaba cada vez más, luego el camión freno sorprendentemente y vio como se giraba y tomaba rumbo hacia la casa-móvil  de ellos,  donde estaba Ambrose, este se hallaba parado frente a la puerta. Natalie le gritaba que brincara, que corriera, aunque los gritos fueron ahogados por el rugir rabioso del camión. Natalie corrió hacia su vehículo a sabiendas que Ambrose no podía ponerse a salvo a sí mismo, angustiada por la pesadilla que se desarrollaba frente a ella. Escucho tres cañonazos ensordecedores uno tras otro. Un neumático explotó, el parabrisas salió disparado adelante y el camión viró lejos de la casa-móvil, pero ahora se dirigió rumbo la casa-móvil de las Zarkins, Los dos camiones cayeron al rio. Natalie volteo y vio a Monk arriba de la casa de Dublan, en una postura de tiroteo, aún salía humo de la 357 doble cañón todavía sosteniéndola y apuntando con sus dos manos.

Él se parecía a Harry el Sucio. Monk despacio relajó su postura e hizo rodar sus hombros antes de dejar caer la pistola. Él le ofreció sus manos cuando Natalie se acercó. “Necesito toallita,” dijo él. No, él definitivamente no era Harry el Sucio. Él era Adrian el Limpio.

Monk veía lo abolladuras de su vehículo y pensaba en lo que le costaría cuando lo devolviera, Ambrose les informó que compraría la casa-móvil, y cuando Dublan se marchara, Yuki vendría a ser ayudante de él. 

INFORMACION GENERAL
Autor Lee Goldberg
Editor Signet Books
Serie Novela de misterio, serie Monk
Media Type Print (hardcover)
Fecha 04-Enero-2011
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